Hasta tu boca, llegamos.

El tiempo pasa muy lento desde que intento conquistarte. Todo lo veo como una película en la cuál no soy protagonista pero creo que podría ser la estrella, tu estrella. En Hollywood seríamos la pareja estelar del año, dignos de portada de todas las revistas más amarillistas.

Prendí Netflix para sentir que puedo acompañarte; sueno como si fuese tu groupie o la groupie de una pareja farandulera. Me da un poco de asco pero nos imagino charlando entre vino y vino jugando entre miradas cómplices, peleando por ver quién es más nerd. Sí, me siento más inteligente de sólo pensarnos juntos. El intelecto siempre fue mi debilidad... ¿Cómo se dice? ¿Sapiosexual? Bueno, realmente no sé si llegó a esa categoría pero con vos creo que entro en todas. Despertares, me pongo más sucia que de costumbre. Te regalo un LeMonde Diplomatique, vos me regalás un CD. Así, como raros y medio anticuados, intentando cambiar el mundo, ilusos, rompederos de cocos, pesados, intensos. Sos un rebelde camuflado de hippie con OSDE. Pululas entre lo público y lo privado, creo que hasta te envidio un poco... Debe ser por eso que te maquino por las noches. Un corazón por acá, una puteada por allá, un poema y caigo. Caigo como una mosca. Me pongo un poco idiota, lo suficiente como para querer mandarte al carajo con tanta formalidad, maldito ñoño. ME OBLIGÁS A APRENDER UN JUEGO NUEVO EN EL QUE EL LENGUAJE DEL CORTEJO CORRE AL REVÉS DE LAS MANECILLAS DEL RELOJ, TE ODIO. ME ROMPISTE TODOS LOS PARÁMETROS, TE AMO. Puaj, que exageración un te amo. Que teatral un te odio. Me haces escribir y escribir cuando lo único que quiero es hablarte. Mentiras, te estoy mintiendo, te quiero tener cerca, te quiero seducir. No sé cómo, no tengo idea de cómo pero es igual de divertido y desesperante por primera vez no tener el control. Es una nueva manera de sentirme poderosa, por extraño que suene. Viajemos juntos, tomemos una birra, fumemos un habano, tengo 73 pesos en la sube más el negativo. Hasta La Boca llegamos.